Para hacerse una buena imagen de este disco, hay que imaginarse a Jethro tull atiborrados de LSD tocando en la cima de un colina en el ocaso de la madruga en un ritual pagano, intentan invocar al dios de la anarquía y el caos (comus). Mientras el clamor del viento despedaza sus conciencias protestantes; haciéndoles intuir éxtasis de genialidad, resuelta a romper las ataduras de los instrumentos que cargan, llevarlos hasta el límite, explotarlos a nivel cúantico, a la furiosa velocidad del viento, que golpea sus rostros, llena sus ojos de imágenes que no están ahí pero tan reales como la música que emana su virtuosa creatividad, entre tanto, el cielo se incendia con los acordes demenciales proscritos de las buenas costumbres.
Es una verdadera obra maestra, de hecho, ya es de culto… y es que si lo escuchan sabrán por qué. Por cierto, esta banda es mucho mejor que Jethro tull, con creces... bueno esa es mi opinión.
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